jueves, 28 de abril de 2011

Los cuentos de Ninette.

La mayor parte de la gente respira por costumbre, intercambiando oxígeno por dióxido de carbono, pero hay otra manera de respirar el mundo.

Yo lo descubrí hace años, y realmente fue por casualidad. Había salido de casa sola y estaba tirada en la hierba cuando, de repente, tomé aire y todo el azul intenso del cielo de aquella tarde entró en mis pulmones. Abrí mucho los ojos y me senté, apoyándome sobre las palmas de las manos; nunca pensé que pudiera hacerse algo parecido. Pero inspiré una segunda vez, y pareció fácil. De hecho era como si fuese lo más normal del mundo que hasta las nubes de allá arriba se colasen en mi nariz. La sensación era increíble, y desde aquel día no he dejado de hacerlo, incluso por las noches.

Mis noches favoritas son las de luna llena, porque es cuando más fácil resulta que te entre por la nariz un poco de polvo de estrellas. Sí, sí, polvo de estrellas. Si hace una noche despejada ni siquiera es muy difícil verlo, el problema es que cuando la gente no sabe lo que es, no le presta atención, y si lo respiran sin darse cuenta estornudan sin más.
Sus estornudos son un verdadero desperdicio, porque el polvo de estrellas es mágico. Me he dado cuenta de que si sabes cómo respirarlo y cierras los ojos, con cada bocanada de aire el olor de tus sueños pasa directamente de tus pulmones a tu sangre, y así con cada latido llega a tu corazón un poquito de eso que tanto te gustaría hacer, o de esa persona tan especial.

martes, 26 de abril de 2011

Hola, ¿hay alguien ahí?

Sí, vuelve la desaparecida. :) Siento no haber dado señales de vida durante tanto tiempo, he estado de viaje. Uno de esos viajes que te cambian de color, por cierto.
Os he echado de menos, así que voy a ponerme ahora mismo a leer las cosas que me he perdido. Espero actualizar pronto, antes de que le acaben saliendo telarañas a mi inspiración.

PD: Me ha encantado ver por aquí seguidores nuevos... estoy deseando saber algo más de vosotros/as. ;) ¡Un beso!