Solía llamarle así porque cuando estaba cerca de él era más fácil oír las olas. Él se reía, y decía que para él yo era una chica-sirena, perdida en una ciudad sin playa. Puede que tuviera algo de razón, porque después de haber vivido dieciséis años a cinco minutos del puerto, cuando llegué a aquella ciudad echaba de menos al mar prácticamente todos los días.
Le conocí después de llevar seis meses camuflada entre el humo de los coches y las luces de los semáforos. Nada más mirarle me sentí como si acabara de tropezar con una parte de mí misma que se había salido de su sitio. Siempre he creído que fue así porque sus ojos eran como dos fotografías líquidas, capaces de encerrar todo el mar que se podía ver desde mi terraza cuando vivía en Galicia.
Podría decirse que además de ser mi chico-caracola también fue mi pequeña ola particular. Recuerdo que, la primera vez que le besé, el aire volvió a olerme a sal. Y cuando se separó de mí yo tenía los pulmones a rebosar de ganas de besarle otra vez.
Desde entonces cogí la costumbre de surfear sus sonrisas por las mañanas, y descubrí que tumbasrse sobre su pecho era tan reconfortante como tirarse en la arena de una noche de verano.
Cuando tuvimos un poco más de confianza yo quise enseñarle a nadar, o más bien a bucear, el uno dentro del otro. Pero... no funcionó, y le dejé escapar. Nos dejamos escapar.
La verdad es que a veces no entiendo cómo pudimos ser tan estúpidos. Supongo que tendría algo que ver con que para bucear en agua salada tienes que cerrar los ojos, y en medio del tráfico de Madrid a algunos les da miedo hacer ese tipo de cosas.
Fuaa, me ha encantado :) Conforme lo iba leyendo me lo iba imaginando... "Recuerdo que, la primera vez que le besé, el aire volvió a olerme a sal. Y cuando se separó de mí yo tenía los pulmones a rebosar de ganas de besarle otra vez" ¡¡Precioso!!
ResponderEliminarChica- sirena que no te contamine el aire de Madrid, ya encontrás a otra caracola que te traiga el olor del mar... ;)
Jo, ¡me ha encantado!...la verdad es que es un texto precioso :)
ResponderEliminar¡Un beso!
Me encanta, me encanta, y me encanta. En serio, escribes genial. El último párrafo es una maravilla.
ResponderEliminarMuchos besos!!!
"... o más bien a bucear, el uno dentro del otro" OH, OH OHH *-*
ResponderEliminarEs precioso, a mi me huele a juventud :)
La verdad es que a mi también me costaría horrores desprenderme de mi playita...
Esta vez la primera persona si la he usado como narración de experiencia propia... pero no te preocupes, que aún con los huecos que pueda haber me encanta mi día a día :)
¡Una cosita! Mi nombre es Coral^^ (supongo que con mi nombre de usuario te habré confundido: la c es de inicial Y Majuelo mi apellido. ¡Pero no te preocupes para nada! ¡Un lapsus, mea culpa!)
Un beso muy grande y feliz fin de semana ;O
Cerrar los ojos... cuánto cuesta confiar de esa manera...
ResponderEliminarSaludos!
El problema de los chicos-caracola, es que siempre te queda la duda de si el sonido del mar proviene de él, o lo llevas tú misma dentro. En cuyo caso ¿par qué necesitas a un chico-caracola?
ResponderEliminarLo mejor entonces es buscarse a un chico-soytodooídos, que quiera que le cuentes, precisamente tú, como es el mar.
Un beso.
ummmmm si me concentro casi puedo olerle. Que blog tan genial. Te sigo.Un beso.
ResponderEliminarCerrar los ojos entra tanto tráfico da miedo, claro que sí! Pero, y toda esa adrenalina que se dispara en esas situaciones?
ResponderEliminarMe encanta, un muáá!
que preciosidad !
ResponderEliminarMe encanta tu blog! te sigo, tus historias me parecen optimistas, que es lo que a mi me gusta!
ResponderEliminarguau esto esta genial!gracias por pasarte por mi blog, Chelsea tienes razón ami esos 10 minutos me bastarían porque hay veces que lo que mas importa es la intención de las personas ,aunque debo de decir a mi favor que fueron 8 horas jaja pero me acordare de esto cuando deba conformarme con los 10 minutos!
ResponderEliminarP.D: me gusta muchísimo pereza ,el 13 de mayo voy a concierto que dan aquí en Granada,a ver si tu también los ves pronto ,un beso guapa!
Genial entrada! escribes muy bien :D me gustó tu blog. Te sigo!
ResponderEliminarUn texto precioso. Yo tengo el mar a una calle de mi puerta y no me imagino lejos de él. Al menos ese chico te devolvio un poco de ese amor salado que sentimos todos los que crecemos entre olas.
ResponderEliminarUn beso, te sigo.
www.agujerosenlamemoria.blogspot.com
Hola¡¡ no conocía tu blog y he flipado de lo bien que escribes. Enhorabuena¡¡
ResponderEliminarUn saludo,
si yo espero que la niña se de cuenta de lo que vale esa madre antes de que sea tarde,arriba pereza jaja un besito Chelsea!(por casualidad has leido el libro Mi vida en horizontal la protagonista se llama igual que tu !)
ResponderEliminarque pesaica que soy jajaj vuelves a tener razon y si tanta gente lo dice por algo sera ,me lo aplicare pero eske a veces es tan dificil ,un besito!
ResponderEliminarQue amor tan dulce entre sal.. :) PRECIOSO
ResponderEliminarGRACIAS POR TU COMENTARIO¡¡Me pasare por supuesto.
ResponderEliminarUn bs enorme
Me sabe la boca a sal con solo leerte. Supongo que yo seré una de esas sirenas que no saben nadar. Espero que nunca se le olvide como hacerlo. Muak
ResponderEliminarQuiza tu chico caracola aun no este preparado para bucear, busca peces! :)
ResponderEliminarY qué bonito es mirar el mar y ser conscientes de que, en ese instante, ya no hay vuelta atrás. El mar te hinunda, te traspasa y llega,aunque solo sea un momento, a lo más profundo de tu ser. Te ahoga y a la vez te llena de esa brisa que hace que, aunque las heridas escuenzan, cierres los ojos, respires muy profundo y sonrias mientras dure la marea.
ResponderEliminarHas creado un rincón muy bonito, señorita!! Te sigo!
Un abrazo! =)
jo, es precioso, creo que de vez en cuando necesitamos a un chico-caracola que nos rescate del ruido y nos haga sentir en casa, quizá esa fue su misión :)
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