sábado, 19 de febrero de 2011

Eramos tú y yo, o más bien Nosotros.

No sé qué hora era, calculo que las tres de la mañana. El aire olía un poco a cloro, un poco a y un poco a estrellas, y mis labios sabían a vodka caramelo. Creo sinceramente que nunca he tenido tantas ganas de besarte como entonces.

No me acuerdo de qué nos reíamos cuando me cogiste en brazos.
Nos tiraste a la piscina y el agua helada enredó mi pelo entre burbujas. Tuve que soltarme de tu abrazo para sacar la cabeza, me agarré al bordillo y cogí aire. Tú te pegaste a mí casi tanto como mi camiseta empapada a mi tripa, y a me entraron unas ganas tremendas de volverte loco.

Lo siguiente que recuerdo es tu nariz contra mi cuello, un mordisco y un susurro. Y estrechar la noche entre tu piel y la mía.



*La última semana se ha hablado bastante de San Valentín... bueno, yo me he acordado de aquel anuncio de coca-cola, y brindo por todos los que llevan flores por la calle, aunque no sea 14 de Febrero. Y, especialmente, por todos y todas aquellas que alguna vez han querido tanto que han sentido ganas de parar el mundo y regalarle a esa persona especial un 29 de Febrero para dos.

Y dicho esto, ¡muchísimas gracias por todos vuestros comentarios! :)

jueves, 10 de febrero de 2011

Otro país, otra ciudad, otra vida...

Gato se pasea de noche, acordándose de la gata que ronroneba por las esquinas. Era la más gata de todas, la sardina más traviesa, y al mismo tiempo la más dulce... pero le clavó las espinas muy adentro, y ahora en cada tejado maúlla a la luna porque la echa de menos.

Gata tenía ojos de depredadora. Esos ojos verdes que le volvían loco, aun más bonitos que el reflejo de la luz de las estrellas en las botellas de vidrio.
Aquella felina le erizaba el rabo como si tal cosa con sus carantoñas y con esos arañazos tan suyos, pero eso era antes. Antes de que se cansara y se largara sin despedirse.

Sentado sobre las tejas, Gato se pregunta dónde la habrán visto arquear el lomo como solo ella lo hacía por última vez. A quién intentará atrapar, quién jugueteará con ella ahora...

La verdad es que Gato la quiso con más de siete vidas, pero por desgracia ella nunca dejó de ser una gata callejera.


Para los que querais saber qué fue de él meses después, aquí está la segunda parte: http://thechelseadaggerney.blogspot.com/2011/06/mas-gatas-estrellas-y-menos-gata-luna_22.html

sábado, 5 de febrero de 2011

Eva al teclado.

Sabes que te cantaría desde el asiento del copiloto la radio entera y dos canciones más.
Y sabes que nos reiríamos juntos. Nos reiríamos de ti, de mí, de ellos; nos reiríamos del mundo mientras nos alejáramos de él en esa chatarra de Ford.
Claro que lo sabes, como también sabes que tengo unas ganas tremendas de montarme en ese coche otra vez y llevarte mucho más lejos que las ruedas, y que mis besos pueden darte muchas más vueltas que ellas.


Lo que no sabes es que todas esas ganas se me quitan en cuanto pienso en las cosas que le estás haciendo a ella en el asiento de atrás.
Aunque esa chica ladra mucho y luego... muerde bastante menos de lo que nos morderíamos nosotros, pero bueno, da igual.
Me da igual, amor, porque yo sé que piensas en mí al pisar el acelerador.


Pero hay cosas que no vale para nada saberlas;

que no te gusta la coca-cola,

que te gusto yo,

que está lloviendo en Alaska o

que te echo de menos, por ejemplo.