viernes, 10 de junio de 2011

Quedarse sin pétalos a golpes de primavera.

Detesto a los novios de Nora. Con esos cabrones siempre es la misma historia; llegan de repente, y yo noto por cómo la miran que les gusta su forma de mover los labios al hablar. Poco a poco ella les engancha, y cuando se fijan en la graciosa curva de su cintura, se quedan.
Empiezan una relación con ella, Nora se confía y les abre la caja de sus sueños. Y la de su imaginación, y la de su pasado, y la de su presente.
Desde el principio se regala en cada beso, y deja que el contenido de las cajas de su vida baile entre los vuelos de sus faldas de colores.

Desgraciadamente, llega un punto en el que mientras ella sigue regalándoles como si tal cosa los pétalos de su primavera particular, ellos empiezan a besarla de un modo distinto. Y acaban largándose. Con más o menos delicadeza, todos le arrancan un último pétalo y se van.
Yo no puedo soportarlo, ella les da su primavera y ellos, no contentos con no darse por enterados, la entierran en una gran montaña de frío.

Entonces las lágrimas de Nora entran en otoño. De nuevo, siempre es la misma historia, verla marchitándose en cada desayuno.

Pero después de la caida de la última canción que le recuerda al ladrón que se fue, viene el invierno. Un invierno desagradable que, sin embargo, no supone mucho problema; su hielo no es imposible de derretir. El problema de verdad es el que Nora no quiere admitir, que cuando ellos se van, se llevan una parte de ella. La misma que ella decidió darles sin importarle lo que pasara después.

Con la llegada de la nueva primavera de Nora, ella vuelve a florecer. Haya nuevo candidato a odioso novio o no, ella tararea y sonríe. Y le sigue fascinando la nata montada, y es feliz. Pero a pensar de eso yo sé que hay mentira en sus verdades, que cada vez le faltan más pétalos.

De acuerdo, también sé que a ella le gusta quererles. Me lo ha repetido mil veces, pero no puede seguir así. Que no, que no puede jugar de esa manera con las estaciones, porque a este paso se va a quedar sin pétalos.

8 comentarios:

  1. Pobre nora es todo un dramón lo que le pasa.
    Jou =(

    besos

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  2. bueno, igual nora es tan ciclica que no quiere vivir en una eterna primavera, o ya no recuerda como hacerlo. no obstante, deseo que encuentre esta vez, al chico que le sepa parar el tiempo :)

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  3. creo que puedo entender tan bien a Nora.. aun asi, intenta que no se quede sin pétalos! :)

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  4. me parezco demasiado a Nora!nunca perdemos la esperanza ,somos unas enamoradas del amor!yo por ahora tengo mi primavera ,espero que Nora tambien la encuentre pronto y que yo no la pierda,claro,
    un beso grande mi querida Chelsea!

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  5. El presente no es más que el pasado del futuro. Quizás debería cerrar con llave ciertas cajas, y dárselas al chico que pase todas las estaciones con ella. Un abrazo :)

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  6. Puto cambio climático.

    Y si todos se llevan una parte de nosotros lo que pasa que a mí en particular no me importa en demasía.

    Cuestión de moldearse lo que quede. Creo.

    un placer pasar.

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  7. En realidad todas somos un poco como Nora, o por lo menos yo no tengo problema en reconocerlo. Nunca aprenderemos, siempre nos entregaremos sin restricción, como si fuera la primera vez. Cada desengaño trae aparejado ese frío en el alma, como el invierno... Pero la sensación de la esperanza, de esa primavera que nos sopla la brisa cálida y fresca al corazón, nos devuelve la ilusión de que sí, de que quizás, y sólo quizás, esta vez no nos roben más pétalos y podamos vivir una primavera constante.

    ¡Cómo me gusta leerte! La delicadeza con que escoges las palabras hacen que cada frase rebose ternura y calidez.

    Muchísimas gracias por pasarte por mi blog y dejarme algunos comentarios, me encanta leerte aquí y allí =)

    Un besito muy fuerte!!

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  8. No me quiero imaginar ni lo que pasará cuando caiga el último de sus pétalos en manos de algún principe azul que destiñe...
    Me encanta:)
    Muáá

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