domingo, 3 de octubre de 2010

Fix you.

Lara adoraba tumbarse por la noche en su terraza para inventar constelaciones, y los colores alegres de las flores cuando el sol hacía brillar las gotas de rocío que quedaban sobre sus pétalos.
Echaba de menos el verano, y también a él. Andrés la había hecho reír en cada minuto, regalándole sus simpáticos ojos negros y su manera desenfadada de torcer los labios.
Pero él se había ido, y la tarde del uno de Octubre la había pillado desprevenida, sin nadie que la abrazara por detrás para evitar que pasara frío.

Lara estaba desacostumbrada a la lluvia y a esas nubes grisáceas que tan poco le gustaban, e hizo una mueca desilusionada al mirar por la ventana mientras se rodeába el torso con los brazos tratando de entrar en calor. Sus manos frías no supieron consolarla y por un momento, se sintió tan desprotegida como si el cristal que la separaba del olor a hierba mojada se hubiera desvanecido en el aire, y el viento maltrató su sonrisa con la misma facilidad con la que zarandeaba las hojas de los árboles.
Una pequeña y frágil lágrima se precipitó mejilla abajo y ella cerró los ojos.

Con un suspiro, escondió el mal tiempo tras las cortinas y salió de su cuarto. Se metió en el baño y se desnudó, dejando de llorar. Despacio, entró en la ducha y abrió el grifo del agua caliente. Sujetó con la mano derecha la alcachofa y un chorro vaporoso rompió suavemente contra su cuello, deslizándose como una agradable cascada cálida, desde su pecho hasta sus tobillos. Inclinó la cabeza hacia atrás y en agua se enredó en su pelo, dejó que sus párpados descansaran y poco a poco sus recuerdos anaranjados se perdieron entre el vapor que flotaba en la habitación.


* PD: Muchas gracias por tus comentarios, Marcelo. Es bonito saber que alguien se pasa por aquí de vez en cuando. =)

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