martes, 1 de junio de 2010

Let it be

Me acerco a ti y te doy dos besos. Esta es una de las pocas veces que cuando digo encantada de conocerte lo hago por algo más que una costumbre, es más, acabas de sonreír y me parece que "encantada" es quedarme corta.
Tienes unos ojos preciosos. Amables, sonrientes ellos también.
Verdes, mágicos.

Me siento a tu lado, y pienso que me encantaría que nos conociéramos desde hace tiempo, que no quedara ningún hielo que romper entre nosotros.
Lo bueno de mis sueños es que los problemas espacio/tiempo quedan sometidos a la voluntad de mi subconsciente, así que, decido que nos conozcamos. Mírame. Vivimos al menos tres vidas juntos en tres segundos. Ya está, ahora somos cómplices. ¿Lo sientes?
Me coges de la mano y me acaricias despacio, aun no has parado de sonreír.

¿Tanta confianza en menos de dos minutos? Es tan sencillo como entender que esto no es del todo real. Aquí no existen esas pequeñas directrices protocolarias que a veces frenan mis pequeñas locuras.
Aquí no hay un qué dirán, ni un sentido común.

Sé que va a sonar el despertador, hay más luz de la cuenta, pero no quiero dejarte atrás.
Entiendes sin preguntarme en qué estoy pensando, y dices
"No voy a dejarte sola, lo sabes. Vuelve cuando quieras, estaré esperándote."
Sin más, has conseguido tranquilizarme, que no mentirías.
Puedo abrazarte, pero prefiero seguir mirándote, me gustaría recordar tu sonrisa cuando me despierte. "Volveré." te digo sin palabras mientras me evaporo poco a poco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

A tí también te haría ilusión que te dejaran un comentario, ¿no? :)