martes, 10 de agosto de 2010

Regálame los oídos

Y bueno, ¿qué me dices de Pablo?
¿De Pablo?
Sí si, se os ve muy juntos, ¿no?
No, qué dices, es solo un amigo.
Ah, vale, vale.

Esta conversación no le convenía, pero por fin alguien le había sacado el tema. Últimamente Pablo era un tabú, no podía hablar de él, nunca, alguien podría malinterpretar... Pero ahora que le habian dado la oportunidad, se sentía como si le hubieran ofrecido deslizarse por un tobogán en vez de bajar por las escaleras.

No, haber, pero... ¿por qué lo dices?
No lo sé, ¿no notas que hay química?

Celia rompió a reír intentando disimular que le encantaba que juntara sus dos nombres y la palabra química en la misma frase.

No digas bobadas, ¿no notas que entre él y cualquier chica hay química? Hace lo mismo con todas, solo está jugando.

Incluso su amiga percibió la mueca involuntaria que arrugó sus labios al decir la última frase.

A mí me parece que contigo no es lo mismo, Celia, hablo en serio. Todos sabemos que siempre está metiéndole fichas a todo el mundo, pero la forma en que te trata a tí es distinta. Cuando te mira, cuando... bueno, es igual, porque a ti no te gusta, ¿no?

Ella se había quedado colgada en algún punto entre el nirvana y el mundo real tras escuchar que "con ella era diferente", pero todavía sabía mentir.

No, para nada. Además, Ana y él...


La conversación cambió su rumbo y desembocó en planes para la noche siguiente, lo que no significa que Celia no hubiera seguido escuchando lo que quería oír durante horas y horas.

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